Lobo-nocturno

Por: Adriano Hernández Pinelo

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Comenzando un nuevo Blog

Saludos, querido lector.

Comenzaré este blog haciéndote una confidencia: acabo de lanzar al mercado una novela de más de 300 páginas y, sorprendentemente, no tenía ni idea de qué escribir en esta sección.

Debo confesar que quizá no sea esta una buena carta de presentación a la hora de vender un libro, pero no podría decir otra cosa sin faltar a la verdad de forma descarada.

Como casi siempre hago en esos momentos de desconcierto, busqué consejo en la única persona que lucha a mi lado codo con codo los 365 días del año. Su respuesta no pudo ser mejor por lo simple y lo acertado de sus palabras; habla de lo que sabes y de lo que te gusta.

 Así que no se hable más. Allá voy. En esta primera publicación te hablaré brevemente del comienzo oficial de la Era Vikinga.Supongo que no te voy a descubrir nada que no sepas ya, pero tengo por costumbre empezar las historias desde el principio.

Corría el año 793 de la Era Cristiana, concretamente el día 8 de junio de dicho año, cuando un grupo de vikingos provenientes de la península escandinava desembarcaba en las costas nororientales de las Islas Británicas.

Armados hasta los dientes y con la mente puesta en un único y brillante objetivo, asaltaron la abadía de Lindisfarne sembrando la destrucción a su paso y llevándose todo aquello que se pudiera vender, monjes incluidos.

No sería esta la primera fechoría que cometerían nuestros nórdicos favoritos, pero sí la más sonada hasta aquella fecha.

“A furore normanorum libera nos, Domine” (de la furia de los hombres del norte líbranos, Señor). Aquella súplica desesperada se iría expandiendo con la velocidad con la que galopa Sleipnir hasta llegar a escucharse por toda la geografía cristiana del gran archipiélago, creyendo realmente que aquella plegaria casi supersticiosa les podría salvaguardar del ímpetu de los Demonios del Norte, como comenzarían a ser conocidos aquellos paganos llegados del frío que no sentían ningún temor a la Ira de Dios, ni tampoco el menor respeto por los símbolos que le representaban aquí en Midgard.

La noticia del exitoso asalto dado por los vikingos al otro lado del mar también se extendería pronto por gran parte de Escandinavia, prendiendo una gélida llama que desencadenaría un auténtico aluvión de incursiones y golpes de mano por toda la costa este de la gran isla, rápidos y habitualmente de lo más certeros.

Algunas décadas después de todo aquello, y con la hoguera de la codicia aún en todo su apogeo, nuestro joven protagonista comenzaría sus andanzas de un modo muy similar al de sus antecesores, participando en uno de aquellos asaltos y alcanzando sin pretenderlo las Islas Británicas para forjar su propia leyenda.Tal sería así que su historia ha perdurado en el tiempo hasta llegar a nuestros días.Por ahora hasta aquí puedo leer, si no quiero hacerle un destripe a mi propia novela.

Espero que te haya gustado este primer blog o, en caso contrario, sepas disculpar la perorata si eso te ha parecido.

A lo largo de las siguientes publicaciones prometo hacerlo mejor, y, si me lo permites, te iré narrando más relatos extraordinarios, mitos, anécdotas, datos históricos que quizá desconozcas y todo lo que se me vaya ocurriendo que considere pueda ser de tu interés.

Hasta ese momento, y esperando volver a saludarte muy pronto, tan solo darte un pequeño consejo: vive, sé feliz y no dejes de viajar nunca a lomos de un buen libro.

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